Experiencia surrealista
... o "cómo encontrarse a un pirado en el tren y vivir para contarlo".
Pues hoy volvíamos los amiguetes de la facu en el cercanías de turno y... *chin* apareció, como esos granitos blancos que nos amargan la existencia y luego desaparecen, como el olor de una ventosidad particularmente molesta... Llega, te jode, te ríes un rato, ¡¡y huyes!!
El hombrecillo en cuestión estaba aguardando desde hace tiempo el momento adecuado para saltar sobre su presa... ¡YO! Sí, clavó en mí su mirada de locuelo reprimido y me empezó a soltar su vida interior de pé a pá, ¡y su vida interior dio para mucho, os lo aseguro! Qué tiene ese extraño individuo dentro de la cabeza es aún un misterio que aún inquieta a numerosos científicos del mundo entero... Vamos, que estábamos discutiendo sobre una traducción (cómo poner "Both take up a lot of breath" en spanish... hmmm... ¿"ambos requieren/gastan mucho aire/aliento/saliva"?) cuando va y me suelta que use la palabra "hálito" ("¡sí, con hache, es con hache, tía", decía) , que aquello era imposible de traducir, que me diera por vencida, que o era "hálito" o la muerte, vamos que el tío sabía mucho ("yo es que hablo el español de puta madre", decía)
Sí, podría haberle ignorado, podría haber pasado bordemente de él como miles de millones de personas que usan el transporte público y se tienen que enfrentar cada día a pervertidos, lunáticos, oledores de asientos y demás ejemplares... pero no lo hice. Es más: le seguí el rollo. Y el tío no paró de rajar, oye, estaba encantado.
No sé cómo lo hizo (a lo mejor era Retired-Superman), pero le dio tiempo a hablar de Ana Obregón, la tiranía americana, los que retransmiten los deportes, la importancia de abrir nuestras mentes, la mierda de televisión, el silencioso sonido del espacio sideral, la diferencia entre "oír" y "escuchar", el imperio de los medios, la Mazagatos ("la del candelabro, tía"), el consumismo, el "puto inglés", su Palencia natal... ¡pero si hasta puso verde a Cruz y Raya! Una auténtica máquina. Seguro que me dejo algo en el tintero, pero es que fue todo tan rápido... ¡Incluso tuve que defender a Buenafuente de su lengua viperina! (tranquilo, Andreu, yo te defiendo, no te enfades...)
Lo mejor llegó cuando me dijo que dejara de estudiar inglés y me dedicase a algo más "a contracorriente", como el francés o el alemán. Yo le dije que sabía francés, ¡y entonces me empezó a hablar en franchute! ¿Y qué me dijo? "Tu est trés jolie" Yo ya me estaba empezando a asustar y llegó la guinda: "Et tes amies aussi" La chica que oía música se quitó un casco para poder partirse el culo a gusto junto con la mitad del vagón. Yo continuaba con mi cara de póker. El tío siguió rajando hasta que llegamos a Nuevos Ministerios. Para entonces mi troupe ya se había cachondeado bastante (y los de atrás, y el que estaba de pie, y la de los cascos) y yo a puntito de soltar la lagrimilla (me costó lo mío mantener la frialdad y temple necesarios, pero es que el tío le ponía sentimiento al asunto). Y decía para mis adentros "¡cabrones, os estáis riendo a costa de mi sufrimientoooo!"
Pero lo dicho, en Nuevos Ministerios nos bajamos en medio de una especie de bloque-estampida-mortal y dejamos atrás a RS, aún muy emocionado porque yo (su nuevo ídolo) le había escuchado (¡y asentido a cada palabra!)
Y sí, sobrevivimos. Estas cosas pasan, vamos a ver, y resultan muy interesantes. Enseguida dijimos que estaba loco, pero ahora no lo creo así. A lo mejor sólo era un pobre hombre que necesitaba deshaogar su caótico mundo interior con alguien... Y me pilló por medio (cachis). Pero, eh, estas cosas hacen la vida más interesante. Con tal de soprendernos...
¿Y a quién no le ha ocurrido alguna vez algo así, eh? Pos eso.
¡Saludos!
Etiquetas: Coprolitos, Miserias personales