Arbe's world

Cerrado temporalmente por obras en el hemisferio izquierdo del cerebro y spams (pero volveré)

jueves, septiembre 13, 2007

Principio de Dilbert


"Los trabajadores más ineficientes son trasladado sistemáticamente allí donde pueden causar menos daño: la dirección de la empresa."


En pleno ecuador de la carrera es normal plantearse el futuro profesional que te espera (y al principio, y al final... sobre todo al final). Afortunadamente este año, antes de empezar a desesperarme demasiado, he conocido a Dilbert, Dogbert, Ratbert, Catbert (malvado director de R.R.H.H), a Wally, a Alice, y etc. etc. Todos personajes del archiconocido cómic de Scott Adams, "Dilbert".


Digo "archiconocido" pero yo hasta hace bien poco no tenía ni idea de que existiese, ni de que atrayera a tanta gente. El mundillo del cómic últimamente está dándome muchas sorpresas. Hasta hace unos años creía que sólo se dividía en manga y superhéroes de Marvel... Pero me alegro de no haberme quedado estancada ahí. A lo que íbamos: Dilbert al parecer cosechó un éxito incréíble en los años 90 que aún permanece hoy en día. Incluso se hizo una serie de dibujos animados en la Fox de la que no sé bien qué ha sido de ella, puesto que no se han hecho nuevas temporadas. Una lástima. Resumiendo, Dilbert es una tira cómica creada en 1989 que satiriza por sistema el mundo empresarial en general y el de los ingenieros en particular. Su protagonista, de nombre evidente, es un ingeniero e inventor algo antisocial, que vive con su irónico perro Dogbert, especialista en aprovecharse de la estupidez humana, llegando a crear un montón de empresas con el único propósito de desplumar aquella para la cual su amo trabaja. Ratbert es, cómo no, una rata que vive con ellos "esparciendo felicidad", y Catbert es el despiadado director de recursos humanos. También hay otros personajes, como los compañeros de Dilbert, Wally y Alice, habitantes de cubículos que hacen lo que pueden por no sucumbir a su odio por la empresa; y está el Gerente (tiene otro nombre, pero casi nunca lo mencionan), arquetipo del jefe prepotente y estúpido que se aprovecha de las ideas de los demás sin tener ni una propia.



La verdad es que leyendo Dilbert se te quitan las ganas de formar parte del sistema (demasiado tarde), pero también te admiras de la capacidad del autor, antes un ingeniero con la vida de Dilbert, de darse cuenta de lo absurdo de innumerables situaciones laborales llenas de retórica sin sentido y de aprovechar eso para hacer un cómic de humor. Lo curioso es que no fuerza nada: esas situaciones hablan por sí mismas. Y eso te hace plantearte algo. Cierto es que nunca podremos elegir como nos gustaría todos los aspectos de nuestra vida, pero siempre podremos rebelarnos contra ciertas cosas, aunque sea riéndonos de ellas.



Lo dicho, un cómic que os recomiendo, aunque a los de "Padre de Familia" no les guste mucho, precisamente...




¡Saludos, y pasadlo bien!


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