Arigatô!

Pocas cosas hay que decir en verano, y por mi parte, que no sean quejas indiscriminadas contra todo y todos, pero estos meses, que prometían ser muy deprimentes dada mi mala suerte (no me ha tocado NADA de NADA para irme a NINGUNA PARTE, no he conocido a NADIE interesante, etc.), no han salido tan mal como esperaba. Empecé fuerte yéndome a Roma y luego a Lugo, disfrutando de una nostálgica despedida de mi amiga Carmen en Logroño, que ya estará echando de menos las chuletillas españolas allá en Montréal... y luego con la despedida en Madrid de Ana, que se va ni más ni menos que a Toronto (ahora son vecinitas)... y luego... ehm... nada (aburrirme) ... Y ahora pues a comprar fascículos de colecciones que no sobrepasen los tres euros por primera entrega (véase varita magnética del ajedrez de Harry Potter) y a aguantar como se pueda las fiestas de los pueblecitos, la visión de los integrantes de las peñas empapados en alcohol y risa y... a deprimirse de nuevo.

Pero, como ya he dicho, no todo son despedidas y depresión ultravacacional. He hecho caso a Marta y he empezado a ver en la 2 "A dos metros bajo tierra" (Six feet under) todos los días, puntualmente, cada vez con más ilusión y expectación. Es, de verdad, una experiencia que recomiendo encarecidamente a todo el mundo. Convierte un día vulgar en muy interesante. No hay un sólo capítulo (por ahora) que no haya merecido la pena verse. Me gustaría grabarme un día para reírme luego con todas los caretos que soy capaz de poner viendo esta serie a las dos de la madrugada. Lloro, me asusto, me río sin parar... y todo en media hora. Es sencillamente genial y me ha alegrado las vacaciones. Ya había visto antes trozos de esta maravilla por azar, de vez en cuando, pero seguirlo de esta manera no tiene punto de comparación. Gracias, Marta, en serio. Has salvado algún que otro intento de suicidio desde el séptimo C (que conste que la vista es maravillosa)



Todos tenemos muchas cosas que contar de cada verano. Porque, aunque no lo parezca, hacemos algo. Yo ya sé hacer nuevas posturas de yoga, he visto la Capilla Sixtina y la estatua de Woody Allen en Oviedo, me he pasado toda una noche debajo de un pino y acabo de decidir que me sacaré el carnet de conducir (cruzo los dedos).

... Ah, y tengo el Kingdom Hearts 2, eso siempre ayuda ^_^

Saludos a todos de nuevo.

Ernesto Expósito

Sí existe la importancia de llamarse Ernesto. Es por él:

Porque es perverso, es listo, es guapo, es ambiguo y tiene mucha potra, y un no-se-qué de personaje dostoievskiano en el porte, y de acento gallego cantarín en su sensual voz cuando se cabrea... porque se cabrea mucho, y a menudo. Porque además es el malo. Y el personaje que más mola de la serie. Porque la serie no sería nada sin él y no es el interés histórico-social lo que nos llama a cientos a verle cada tarde...

Un saludo desde aquí a Iago García, que andará ahora por el Ferrol descansando del final de la telenovela que le ha hecho inmortal en este blog... hasta que desaparezca. Pero "Amar en tiempos revueltos"(II) tiene que venderse en algún sitio, aunque sólo sea para demostrar que los malos sí son los mejores, SIEMPRE.


¡Ala, a pasarlo bien!


P.D: Sí, veo una telenovela, ¿y qué?